Vista cansada o presbicia
Se puede definir la vista cansada como la pérdida de la capacidad de enfocar objetos cercanos debido a los cambios fisiológicos que se producen en nuestro ojo por la edad. También se le denomina presbicia o presbiopía.
¿Por qué se produce?
El mecanismo normal para que el ojo pueda enfocar un objeto cercano implica la actuación de un musculo que tenemos dentro del ojo, el musculo ciliar, del cristalino, la lente transparente y biconvexa que tenemos detrás del iris y en medio de la pupila y del ligamento que insertado en el musculo ciliar, sujeta al cristalino.
Para poder enfocar de cerca, el ojo pone en marcha un mecanismo de enfoque llamado acomodación, mediante el cual y por la acción del músculo ciliar, se varía la forma y espesor del cristalino, aumentando la potencia del mismo.
El enfoque para ver de cerca, supone la contracción del musculo ciliar, lo que provoca la relajación del ligamento que sujeta al cristalino y permite que este adopte una forma más esférica, aumentado su potencia.
Esto hace que la imagen de un punto cercano se pueda formar en la retina pudiendo verla con nitidez.
Al contrario, cuando no enfocamos en visión de cerca, el musculo ciliar se relaja lo que supone aumentar la tensión del ligamento que sujeta el cristalino y hace que el cristalino se haga menos esférico perdiendo parte de su potencia de enfocar.
Así a mayor contracción del musculo ciliar, mayor es la curvatura del cristalino, y en definitiva su capacidad de enfocar de cerca, mientras que a mayor relajación del mismo musculo, menor es su curvatura.
La potencia de una lente convergente, como el cristalino, es mayor en la medida que la lente es capaz de concentrar o converger los rayos a menor distancia, cosa que ocurre cuando es mas esférica.
Con el paso del tiempo, se producen dos fenómenos: por una parte el músculo ciliar, como el resto de los del cuerpo humano, va perdiendo elasticidad haciéndose menos potente y en segundo lugar el cristalino se va haciendo menos flexible, se endurece, lo cual impide que pueda adoptar una forma muy esférica, provocando ambos hechos en conjunto que lentamente se pierda la capacidad para acomodar y por lo tanto para ver de cerca.
¿Qué síntomas tiene?
Es una condición fisiológica y no patológica. Comienza a manifestarse aproximadamente entre los 40 y los 45 años, aumentado progresivamente en intensidad hasta los 60 años, y sus síntomas iníciales son muy claros: empezamos a notar que no podemos ver un objeto cercano, como la lectura, a la misma distancia de siempre y que mejoramos si aumentamos dicha distancia; igualmente notamos que necesitamos mejor luz.
La vista cansada afecta por igual a todo el mundo, sean emétropes (no usan gafas para ver) miopes e hipermétropes, poniéndose de manifiesto antes en estos últimos.
En el caso de los miopes de 3 o más dioptrías se produce una compensación óptica de la vista cansada lo que supone que podrán ver sin ninguna corrección óptica de cerca, eso si, a menor distancia cuanta mas alta sea la miopía que padezca.
En estos casos, es habitual, a partir de los 50 años, que se afecte de forma considerable la visión intermedia, es decir la visión de objetos entre 50-70 cms (p.e. ordenador, salpicadero del coche y otras pantallas de visualización).
Lo que si puede diferenciar a las personas en general es la edad a partir de la cual necesitan usar su compensación óptica para poder ver de cerca, ya que hay casos en que con 40 años ya las necesitan y personas que alcanzan los 50 años o más y que aún “aguantan”.
El motivo es que el esfuerzo muscular de enfoque no es siempre igual en todo el mundo y no se produce ningún perjuicio clínico por retrasar el uso de las gafas para ver de cerca. De hecho la recomendación en las primeras gafas para visión de cerca es que su uso sea “ a demanda” .
Aparte de la edad, en los inicios de la vista cansada, el estado general de la persona y la actividad visual propiamente dicha, junto con la iluminación de lo que estemos viendo de cerca puede provocar que haya días que uno vea sin problemas , y en cambio otros días que intentando ver lo mismo, no se pueda.
Tratamiento
La vista cansada se puede compensar ópticamente con el uso de lentes convergentes bien en versión gafas o en lentes de contacto, cuya potencia va a oscilar entre 1 dioptría para 40 años, 2 dioptrías para 50 años y 3 dioptrías para 60 años.
Las gafas podrán ser monofocales si la persona no necesita corrección óptica para visión de lejos, y bifocales o multifocales también llamadas progresivas si la persona necesita además corrección óptica para ver de lejos.
Es más frecuente hoy el uso de gafas multifocales ya que compensan además ópticamente la visión intermedia, que corresponde a la distancia de trabajo del monitor de un ordenador. En el caso de las lentes de contacto existe hoy también la posibilidad de adaptar lentillas que permiten enfocar a la vez de lejos y de cerca.
Algunas personas eligen corregir un ojo para la visión lejana y otro para la visión cercana. Este procedimiento se llama “monovisión” y elimina la necesidad de lentes bifocales o multifocales para lectura, pero puede interferir en la percepción de la visión binocular.
La otra alternativa del tratamiento de la vista cansada es la cirugía y aquí coexisten dos grandes posibilidades: la actuación sobre la cornea y la actuación sobre el cristalino.
La actuación sobre la cornea supone el uso de láseres ideados para tal fin, destacando sobre ellos la última tecnología, incorporada a nuestra Clínica que combina el uso del laser de femtosegundo Visumax con el laser excimer Mel 80 y la planificación del tratamiento que proporciona el uso del CRS-Master.
La técnica se denomina PRESBYOND LASER BLENDED VISION y representa una nueva etapa en la excelencia oftalmológica; se basa en el concepto ya mencionado de monovisión, corrigiendo el ojo dominante que quedaría enfocado en la visión lejana y el ojo no dominante que se corregiría para conseguir una miopía residual de -1.50 dioptrías.
Este tratamiento se mejora, y es la gran diferencia con las otras alternativas, aumentando la profundidad de enfoque de ambos ojos, lo que compensa enormemente el enfoque en la distancia intermedia.
En general, es la técnica de elección para pacientes menores de 50 años, aunque lo ideal es hacer un estudio personalizado de cada paciente y elegir la técnica que mejor se adapte a su caso.
La otra opción que realmente actuaria sobre la causa del problema, es la cirugía del cristalino o Lensectomia Refractiva microincisional, con implante de Lentes Trifocales de última generación. Es un tratamiento quirúrgico, mínimamente invasivo y ambulatorio, con corrección definitiva de presbicia y sustitución del cristalino deteriorado por una Lente Intraocular, lo cual evita la necesidad de posteriores intervenciones de cataratas en el futuro. Es la técnica ideal para pacientes mayores de 55 años, aunque como en el caso anterior, lo ideal es realizar un estudio personalizado de cada paciente y después de ello, elegir la mejor técnica quirúrgica para su caso.
Hoy en día existen lentes intraoculares que compensan no solo el defecto esférico (miopía e hipermetropía) del paciente sino también el astigmatismo corneal previo y sobre todo, en el tema que nos ocupa, la presbicia con el uso de lentes intraoculares multifocales, trifocales y acomodativas. Con una correcta selección del paciente es hoy una excelente alternativa quirúrgica.
La otra posibilidad de actuación sobre el cristalino, seria en aquellas personas que ya presentan cataratas, extrayendo este y sustituyendo el cristalino, como en la técnica anterior con una Lente Acomodativa, Multifocal o Trifocal, adaptada al defecto visual del paciente.
En estos casos se debe individualizar cada situación y encontrar la relación adecuada entre los beneficios de la intervención y las posibilidades quirúrgicas que presenta cada paciente de forma personalizada.