Causas y consecuencias del estrabismo
Los músculos extraoculares son los encargados de mover los ojos, y se encuentran coordinados por el cerebro, que hace que los dos ojos miren a un mismo punto. La descoordinación a nivel cerebral o muscular es la que causa el estrabismo.
El estrabismo es más frecuente en aquellos niños que tienen alteraciones que puedan afectar al cerebro, como parálisis cerebral, síndrome Down, prematuridad y en aquellos con antecedentes familiares.
Cuando los ojos se hallan bien alineados perciben una misma imagen, y el cerebro integra las imágenes de forma que tenemos visión de profundidad (3D). Cuando uno de los ojos se encuentra desviado se pierde esta capacidad.
En los niños, el estrabismo puede dar lugar además a la pérdida de visión del ojo desviado, ya que el cerebro anula la imagen recibida por dicho ojo, convirtiéndolo en un “ojo vago”.
En los adultos al haberse ya desarrollado la visión de forma definitiva, el cerebro no es capaz de anular la imagen del ojo desviado, lo que causa la aparición de otro síntoma muy incapacitante, que es la diplopía, o visión doble.
La ambliopía (ojo vago)
La ambliopía, comúnmente conocida como ojo vago es un problema de gran importancia, y es vital tratarlo correctamente en los primeros años de vida del niño, durante el periodo de plasticidad cerebral.
Consiste en un ojo que no ha aprendido a ver, bien porque necesite gafas, bien porque se encuentre desviado. Si se detecta a tiempo, tanto las gafas, como los parches o las penalizaciones son eficaces para recuperar visión. Si por el contrario se detecta demasiado tarde, o no se cumplen correctamente los tratamientos, el “ojo vago” no aprenderá a ver, y quedará con la visión reducida de forma permanente e irrecuperable.
Diagnóstico de estrabismo
El principal objetivo del tratamiento del estrabismo es recuperar la visión y corregir el alineamiento ocular. Los distintos tipos de tratamiento son individualizados dependiendo de múltiples factores como son la edad de comienzo, tipo de estrabismo, graduación, presencia o no de ojo vago, y presencia o no de diplopía, entre otros.
Los principales tratamientos consisten en oclusiones, gafas, penalizaciones, uso de prismas, ejercicios de ortóptica (entrenamiento ocular), inyección de toxina botulínica y cirugía.
Es más frecuente hoy el uso de gafas multifocales ya que compensan además ópticamente la visión intermedia, que corresponde a la distancia de trabajo del monitor de un ordenador. En el caso de las lentes de contacto existe hoy también la posibilidad de adaptar lentillas que permiten enfocar a la vez de lejos y de cerca.
Algunas personas eligen corregir un ojo para la visión lejana y otro para la visión cercana. Este procedimiento se llama “monovisión” y elimina la necesidad de lentes bifocales o multifocales para lectura, pero puede interferir en la percepción de la visión binocular.
La otra alternativa del tratamiento de la vista cansada es la cirugía y aquí coexisten dos grandes posibilidades: la actuación sobre la cornea y la actuación sobre el cristalino.
La actuación sobre la córnea supone el uso de láseres ideados para tal fin, destacando sobre ellos la última tecnología, incorporada a nuestra Clínica que combina el uso del láser de femtosegundo Visumax con el láser excimer Mel 80 y la planificación del tratamiento que proporciona el uso del CRS-Master.
Toxina botulínica y cirugía
En la cirugía del estrabismo se trabaja sobre los músculos extraoculares, realizando cambios en su posición, para así debilitar o reforzar su acción corrigiendo la desviación. La recuperación de esta cirugía es rápida, volviendo los niños a su actividad normal en pocos días.
En algunos casos determinados la toxina botulínica es una alternativa válida a la cirugía, consiguiendo un efecto debilitador en el músculo en el que es inyectada, sin requerir cirugía.